Comentario
Los recién nacidos son integrados en la familia y en la comunidad islámica mediante un ritual que se efectúa nada más ser alumbrados. El padre musulmán realiza la profesión de fe (sahadah) en nombre del recién nacido y recita la basmal-lah ("en el nombre de Dios, el Clemente, el Misericordioso") y llama a la oración (adan) en el oído del bebe. Después, ya le puede ser impuesto un nombre.
Tradicionalmente, el nombre islámico se componía del nombre propiamente dicho (ism), seguido de las relaciones de paternidad (kunyah) y filiación (nasab). Además, este nombre se hace acompañar de menciones a la persona, aludiendo a sus rasgos físicos o de carácter (laqab), a su procedencia étnica o geográfica (nisbah) o su oficio (ism mansab).
También pertenece al ámbito de la tradición la ceremonia del primer corte de pelo (aqiqah). El cabello cortado es pesado y se entrega como limosna su equivalente en oro después de haber realizado una comida ritual. Siguiendo a D. Bramón, el origen de este rito debe ser semítico, estando relacionado con el sacrificio del pelo y las uñas. Según éste, a los siete días de vida de la criatura, ésta era bañada en un recipiente con agua perfumada y monedas, trigo, cebada u objetos valiosos, un acto propiciatorio de la riqueza futura que se esperaba conseguir para el recién nacido.